República, Guerra Civil y Resistencia antifranquista en la comarca Requena-Utiel y alrededores
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lunes, 20 de junio de 2022

EL REBOLLAR. SU HISTORIA Y SUS FAMILIAS… Y UNA PIZCA DE “MAQUIS” PARA ADEREZAR EL GUISO

 

   El catedrático jubilado de Geografía de la Universitat de València, Juan Piqueras Haba, presentó el 11 de junio de 2022 en la XXXVII Feria del Libro de Requena su último trabajo: El Rebollar. Su historia y sus familias. Incluye El Matutano y otras casas de labor. Lo edita Arcís Ediciones S.L. y como fecha de edición aparece mayo de 2022. El libro pertenece a la colección que Juan Piqueras está dedicando a la historia y las familias de las aldeas del término de Requena. En otra entrada de este blog, que lleva por título Un relato de la Guerra Civil y de la Resistencia armada antifranquista en Campo Arcís al gusto de la historiografía franquista, hablamos por extenso de su anterior trabajo: Campo Arcís. Patrimonio histórico y cultural, publicado también en Arcís Ediciones S.L. el año 2020. En aquel libro Juan Piqueras incluía dos capítulos en los que hablaba, con mucha ligereza y sin apoyo documental, de dos episodios de la historia de España: la Guerra Civil y los maquis. En las cuarenta páginas que dedicaba a estos acontecimientos no solo aparecían falsedades y medias verdades, sino que en ocasiones también manipulaba la verdad histórica presentándonos un relato muy próximo al que nos venía ofreciendo la historiografía franquista sobre estos hechos.

En su último trabajo sobre la aldea de El Rebollar el autor se ha contenido y solo ha dedicado seis páginas a estos dos episodios, una de las cuales está destinada a los maquis. Esta vez ha decidido echar al guiso solo un pellizquito de “maquis” para darle algo más de sabor y color al libro. Siempre que se haga desde la objetividad y el respeto por quienes lucharon contra la Dictadura, esta pizca de “maquis” puede darle un buen saborcito de memoria democrática al guiso, sobre todo en estos tiempos de reacción fascistoide, pero si se hace desde la desfiguración de la historia ―como hace Juan Piqueras― esa pizca de “maquis” puede estropearnos el guisado. 

El marco en el que Juan Piqueras introduce al lector al hablar de los maquis ―la guerrilla antifranquista― es el mismo marco que la historiografía franquista ha venido utilizando tradicionalmente para desprestigiar el fenómeno de la lucha armada antifranquista: el del bandolerismo. Un bandolerismo, en este caso, de ámbito muy local o, a lo sumo, regional. Si en los siglos xviii y xix el fenómeno del bandolerismo se adscribía, sobre todo, a las regiones andaluza, castellana y catalana, el profesor Piqueras ha decidido considerar a la guerrilla antifranquista como una especie de “bandolerismo maqui” que se dio en los años cuarenta del siglo xx en la región levantina; como si se tratase de un fenómeno pintoresco y autóctono de esta zona, aunque carente del romanticismo con el que se ha venido caracterizando al bandolerismo andaluz de los siglos anteriores.

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viernes, 10 de junio de 2022

REQUENA, 1898-1939



Título: Requena 1898-1939

Autor: Alfonso García Rodríguez

Edita: Ayuntamiento de Requena y Centro de Estudios Requenenses

Año: diciembre de 2021

 

Alfonso García Rodríguez ha dedicado varias de sus investigaciones a la educación. Su anterior trabajo, La educación en Requena, 1539-2003, fue publicado por el Centro de Estudios Requenenses el año 2012. En El Lebrillo Cultural, el boletín que la Asociación Cultural Amigos de Venta del Moro publica anualmente, también han aparecido dos artículos de Alfonso García relacionados con la educación: “Las Misiones Pedagógicas en la II República. Su incidencia en Venta del Moro y la Meseta de Requena-Utiel”, publicado en el n.º 27 (agosto de 2010), y “Los inicios de la educación pública en Venta del Moro (1840-1920)”, publicado en el n.º 30 (agosto de 2013). Ambos trabajos han sido muy inspiradores para nosotros pues nos hicieron ver el tradicional abandono en el que a nivel educativo habían estado las clases populares en España, sobre todo en las zonas rurales, y cómo la Segunda República hizo un titánico esfuerzo en democratizar la educación y la cultura y extenderla a las capas menos privilegiadas de la sociedad y a las zonas rurales más remotas.

Reflexionando sobre esta cuestión tengo ahora elementos para explicarme cómo, tras la sublevación militar del 18 de julio de 1936, hubo miles y miles de jóvenes y no tan jóvenes que en aldeas, pueblos y ciudades se alistaron voluntariamente en las milicias que de forma espontánea se organizaron para defender la Segunda República. ¿Por qué dejaban su familia, sus amigos, su tierra y ponían en riesgo sus vidas para defender el régimen republicano? Una de las causas principales estaba en esa luz que la Segunda República les había llevado en los pocos años de su existencia desde que se proclamó en 1931. La luz de la cultura había empezado a iluminar aquellos remotos parajes en los que el analfabetismo era endémico desde el surgir de los tiempos. Y es que la verdadera democracia solo puede existir cuando cualquier niño, sea hijo de un obrero, de un campesino, del director de una industria o de un miembro de la Academia de Ciencias tenga las mismas oportunidades educativas.

miércoles, 2 de junio de 2021

UTIEL EN LA CARTILLA ESCOLAR ANTIFASCISTA

 

Con motivo de la celebración del 90 aniversario de la proclamación de la Segunda República, la editorial Libros del Zorro Rojo ha reeditado en marzo de 2021 la obra icónica de la enseñanza de la lectoescritura destinada a alfabetizar los soldados del Ejército Popular que publicó el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes en abril de 1937, a cuyo frente estaba el comunista Jesús Hernández. No es ningún capricho nostálgico, la Cartilla escolar antifascista, junto a la obra complementaria, la Cartilla aritmética antifascista, fue seleccionada en 2016 por la Biblioteca Nacional de España como una de las quince obras más representativas del arte español para exponer en la plataforma Europeana, la Biblioteca Digital Europea, que reúne las bibliotecas digitales de toda la Unión Europea. La Cartilla escolar antifascista comparte honores con el techo policromado de las Cuevas de Altamira, el Apocalipsis del Beato de Liébana y otras doce obras más del patrimonio cultural de España.

A inicios del s. xx, la tasa de analfabetismo en España era una de las más altas de Europa, superaba el 65%. A lo que había que añadir que más de un 60 % de población en edad escolar no estaba escolarizada. Tradicionalmente, los caciques y la oligarquía se habían valido de mantener al pueblo en la ignorancia para mejor someterlo y controlar el poder. Nada más proclamarse la Segunda República el Gobierno republicano-socialista hará un esfuerzo colosal invirtiendo en educación para sacar al pueblo de su ancestral atraso. Este esfuerzo se verá truncado y boicoteado tras el triunfo de la derecha en las elecciones de diciembre de 1933. La victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936 hará que las reformas y el esfuerzo inversor en el ámbito educativo que se había iniciado en el primer bienio republicano continúen, incluso a pesar de la sublevación militar del 18 de julio y la guerra civil que le siguió.

El Ministerio de Instrucción Pública emprendió una campaña sin precedentes para sacar del analfabetismo al pueblo. La Cartilla escolar antifascista que editó para alfabetizar a los soldados del Ejército Popular supuso un gran salto innovador, tanto a nivel pedagógico como gráfico, respecto a otros materiales existentes. El texto fue compuesto en los famosos talleres de Tipografía Moderna de València, por la que pasaron obras de Max Aub, Antonio Machado o Luis Cernuda, y en la que se celebraban tertulias literarias protagonizadas por la flor y nata de los escritores republicanos. Para los trabajos de fotocromía e impresión se recurrió a Gráficas Valencia. Hoy en día se considera una obra maestra, no sólo por su innovador uso de la tipografía y el fotomontaje sino también por su valor propagandístico, tan necesario para que los soldados del Ejército Popular fuesen conscientes de los motivos por los que combatían. Se luchaba por una República democrática, pero también por el derecho a la cultura. 

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