Parte de la entrevista llevada a cabo por La Gavilla Verde el 18 de agosto de 2010:
Fuente: La Gavilla Verde
Parte de la entrevista llevada a cabo por La Gavilla Verde el 18 de agosto de 2010:
Fuente: La Gavilla Verde
La impunidad de las fuerzas represivas era tal que no tenían ningún tipo de miramiento a la hora de pasar por la picana a cualquier supuesto sospechoso. En este artículo contamos lo acontecido a una de estas personas, Francisco Quintanilla Quintanilla, guarda rural jurado de Casa de Belmontejo, del término de Los Pedrones (Requena). Torturado por el cabo 1.º del cuartel de Cofrentes, Antonio Morado Rico, tuvo que confesar, para que dejaran de torturarle, que había tenido contacto con los guerrilleros de la AGLA, a pesar de que no era verdad. Posteriormente, fue empujado al vacío por un precipicio y quedó muy maltrecho.
Hombres como el cabo 1.º Antonio Morado Rico fueron necesarios en la Dictadura franquista, no solo en su estrategia de eliminación de la oposición armada ―la guerrilla antifranquista― o cualquier tipo de oposición política, sino también para suministrar a la población la dosis de terror imprescindible a fin de mantenerla sumisa y dócil y así poder conservar un poder que se había conseguido de manera ilegítima mediante un fracasado golpe de Estado que derivó en guerra de exterminio.
"La confesión del Torturador. Guardas rurales, guardias civiles y guerrilleros antifranquistas en los montes valencianos", Oleana. Cuadernos de Cultura Comarcal, Centro de Estudios Requenenses, n.º 39, 2023, pp. 141-166.
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Los años imposibles. Memoria inacabada de Juan Piqueras
Autor: Enrique Fibla Gutiérrez
Editorial: Barlin Libros
Año: 2021
El crítico cinematográfico Juan Piqueras Martínez, nacido en Campo Arcís (Requena) en 1904, tuvo gran relevancia, incluso a nivel internacional, durante los años de la Segunda República. Una carrera que se truncó al ser asesinado por los sublevados fascistas en Venta de Baños a finales de julio de 1936. El interés de Enrique Fibla Gutiérrez (València, 1987), por la figura de Juan Piqueras Martínez surgió cuando estaba preparando una tesis doctoral en Canadá sobre la crítica cinematográfica durante la Segunda República. En 2015 recibió un correo electrónico de su directora de tesis, Masha Salazkina, con un artículo traducido al inglés para un libro académico de la revista Nuestro Cinema (1932-1935), fundada por Juan Piqueras. Enrique Fibla se dio cuenta entonces que Juan Piqueras, tan importante en su época a nivel internacional, era prácticamente desconocido en su país.
Su interés fue creciendo y poco después publicó un artículo académico sobre el crítico cinematográfico junto al investigador Pablo La Parra Pérez. En 2017 se topó en el blog del historiador Aitor Hernández Eguíluz con una nota de un biznieto de Juan Piqueras, quien, nacido en Venezuela, había fijado residencia en València. Enrique contactó con él y la familia le facilitó los materiales con los que pudo completar su tesis en 2018 y doctorarse en Filosofía de la Imagen por la Concordia University de Montreal. Entre los materiales que la familia Piqueras le había proporcionado figuraban las memorias inéditas de la esposa de Juan Piqueras, Catalina “Ketty” González Domínguez, que había titulado ¿Porqué?... o los años imposibles!! Eran 520 páginas en las que Ketty cuenta su vida durante los años que van de 1936 a 1945 y que Enrique Fibla había dejado fuera de su tesis por falta de tiempo. Había explicado en su estudio la importancia de Juan Piqueras en la cultura cinematográfica de la época, pero no había contado nada de cómo los acontecimientos que sobrevinieron a la sublevación fascista del 18 de julio de 1936 habían truncado el futuro de una generación.
Enrique Fibla tomará prestado parte del título de las memorias de Ketty González, Los años imposibles, y completará su relato desde el punto en el que lo había dejado en su tesis. Experto en la imbricación entre cultura visual, archivo y discurso político, Enrique Fibla hará de su relato un alegato reivindicativo del papel de la memoria para construir sociedades tolerantes y progresistas, pues las sociedades democráticas, libres y solidarias son incompatibles con interpretaciones falseadas del pasado.
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