Edita: Ayuntamiento de Requena y Centro de Estudios
Requenenses
Año: diciembre de 2021
Alfonso García Rodríguez ha
dedicado varias de sus investigaciones a la educación. Su anterior trabajo, La
educación en Requena, 1539-2003, fue publicado por el Centro de Estudios
Requenenses el año 2012. En El Lebrillo Cultural, el boletín que la
Asociación Cultural Amigos de Venta del Moro publica anualmente, también han
aparecido dos artículos de Alfonso García relacionados con la educación: “Las
Misiones Pedagógicas en la II República. Su incidencia en Venta del Moro y la
Meseta de Requena-Utiel”, publicado en el n.º 27 (agosto de 2010), y “Los
inicios de la educación pública en Venta del Moro (1840-1920)”, publicado en el
n.º 30 (agosto de 2013). Ambos trabajos han sido muy inspiradores para nosotros
pues nos hicieron ver el tradicional abandono en el que a nivel educativo habían
estado las clases populares en España, sobre todo en las zonas rurales, y cómo
la Segunda República hizo un titánico esfuerzo en democratizar la educación y
la cultura y extenderla a las capas menos privilegiadas de la sociedad y a las
zonas rurales más remotas.
Reflexionando sobre esta cuestión
tengo ahora elementos para explicarme cómo, tras la sublevación militar del 18
de julio de 1936, hubo miles y miles de jóvenes y no tan jóvenes que en aldeas,
pueblos y ciudades se alistaron voluntariamente en las milicias que de forma
espontánea se organizaron para defender la Segunda República. ¿Por qué dejaban
su familia, sus amigos, su tierra y ponían en riesgo sus vidas para defender el
régimen republicano? Una de las causas principales estaba en esa luz que la
Segunda República les había llevado en los pocos años de su existencia desde que
se proclamó en 1931. La luz de la cultura había empezado a iluminar aquellos
remotos parajes en los que el analfabetismo era endémico desde el surgir de los
tiempos. Y es que la verdadera democracia solo puede existir cuando cualquier
niño, sea hijo de un obrero, de un campesino, del director de una industria o
de un miembro de la Academia de Ciencias tenga las mismas oportunidades
educativas.
Con motivo de la celebración del
90 aniversario de la proclamación de la Segunda República, la editorial Libros
del Zorro Rojo ha reeditado en marzo de 2021 la obra icónica de la enseñanza de
la lectoescritura destinada a alfabetizar los soldados del Ejército Popular que
publicó el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes en abril de 1937, a
cuyo frente estaba el comunista Jesús Hernández. No es ningún capricho nostálgico, la Cartilla escolar antifascista, junto a la obra complementaria, la Cartilla
aritmética antifascista, fue seleccionada en 2016 por la Biblioteca
Nacional de España como una de las
quince obras más representativas del arte español para exponer en la plataforma
Europeana, la Biblioteca Digital Europea, que reúne las bibliotecas digitales
de toda la Unión Europea. La Cartilla
escolar antifascista comparte
honores con el techo policromado de las Cuevas de Altamira, el Apocalipsis del Beato de Liébana y otras doce obras más del patrimonio cultural de
España.
A inicios del s. xx, la tasa de analfabetismo en España
era una de las más altas de Europa, superaba el 65%. A lo que había que añadir
que más de un 60 % de población en edad escolar no estaba escolarizada. Tradicionalmente,
los caciques y la oligarquía se habían valido de mantener al pueblo en la
ignorancia para mejor someterlo y controlar el poder. Nada más proclamarse la
Segunda República el Gobierno republicano-socialista hará un esfuerzo colosal invirtiendo
en educación para sacar al pueblo de su ancestral atraso. Este esfuerzo se verá
truncado y boicoteado tras el triunfo de la derecha en las elecciones de
diciembre de 1933. La victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero
de 1936 hará que las reformas y el esfuerzo inversor en el ámbito educativo que
se había iniciado en el primer bienio republicano continúen, incluso a pesar de
la sublevación militar del 18 de julio y la guerra civil que le siguió.
El Ministerio de Instrucción
Pública emprendió una campaña sin precedentes para sacar del analfabetismo al
pueblo. La Cartilla escolar antifascista que editó para alfabetizar a
los soldados del Ejército Popular supuso un gran salto innovador, tanto a nivel
pedagógico como gráfico, respecto a otros materiales existentes. El texto fue compuesto
en los famosos talleres de Tipografía Moderna de València, por la que pasaron
obras de Max Aub, Antonio Machado o Luis Cernuda, y en la que se celebraban
tertulias literarias protagonizadas por la flor y nata de los escritores
republicanos. Para los trabajos de fotocromía e impresión se recurrió a
Gráficas Valencia. Hoy en día se considera una obra maestra, no sólo por su
innovador uso de la tipografía y el fotomontaje sino también por su valor
propagandístico, tan necesario para que los soldados del Ejército Popular
fuesen conscientes de los motivos por los que combatían. Se luchaba por una
República democrática, pero también por el derecho a la cultura.
La llegada de la II República
supuso un auge del movimiento sindical. La comarca Requena-Utiel no fue ajena a
los conflictos que se vivieron el mundo rural. La huelga general revolucionaria
convocada por la CNT y la FAI para el 9 de enero de 1933 tuvo cierta
repercusión en Utiel y Caudete de las Fuentes, sin embargo en Fuenterrobles fue
mayor su incidencia.
El Gobierno de la coalición
radical-cedista (Bienio Negro), impidió el desarrollo de la Ley de Reforma
Agraria. La huelga nacional campesina convocada por la FETT-UGT para el 15 de
junio de 1934 tuvo cierta importancia en la comarca, aunque el balance, en
general, fue negativo y casi todas las Corporaciones Municipales regentadas por
alcaldes de izquierdas fueron sustituidas por Comisiones Gestoras presididas
por personas vinculadas a la derecha y a la gran patronal. El fracaso de la
revolución de octubre de 1934 ―que en la comarca produjo escasos incidentes―
supuso la ilegalización de los sindicatos y la privación de trabajo para muchos
jornaleros.
El triunfo del Frente Popular
traerá consigo la refundación o constitución ex novo en Venta del Moro y
sus aldeas de Sociedades de Trabajadores de la Tierra o de Oficios Varios
dependientes de la UGT, que acabarán adhiriéndose a la Federación Española de
Trabajadores de la Tierra (FETT). La CNT sólo tuvo representación en Venta del
Moro y Jaraguas.
Las sociedades de la UGT de Los
Marcos y Casas de Pradas y la de la CNT de Venta del Moro dieron cabida entre
sus socios a numerosas personas de derechas para que pudieran estar amparadas y
defendidas legalmente.
Oleana. Cuadernos de Cultura
Comarcal, Centro de Estudios Requenenses, n.º 34, 2019, pp. 153-172