República, Guerra Civil y Resistencia antifranquista en la comarca Requena-Utiel y alrededores
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lunes, 14 de junio de 2021

«¡ALTO A LA GUARDIA CIVIL!» LA APLICACIÓN DE LA “LEY DE FUGAS” EN LA LUCHA CONTRA LA GUERRILLA ANTIFRANQUISTA EN LA COMARCA REQUENA-UTIEL

 

La “ley de fugas” es un tipo de ejecución extrajudicial que fue practicada en España por la fuerza pública a mediados del s. XIX para acabar con el bandolerismo andaluz. En los años veinte del siglo pasado, el general Martínez Anido la empleará contra las organizaciones obreras de Barcelona, elevando su uso a verdadero terrorismo de Estado. En este artículo examinamos su aplicación por parte del dictador Francisco Franco en su lucha contra la resistencia armada antifranquista y sus puntos de apoyo en la comarca Requena-Utiel.

Los directores generales de la Guardia Civil impusieron medidas excepcionales y llevaron a cabo una guerra sin cuartel para lograr el exterminio de toda oposición al régimen franquista. Camilo Alonso Vega, al asumir el mando de la Benemérita, establecerá una política muy dura de premios y castigos entre sus subordinados. Hubo numerosos guardias que fueron expulsados del cuerpo, otros muchos pidieron la baja voluntaria e incluso los hubo que fueron eliminados por sus compañeros por ser considerados demasiado “blandos”, como hemos podido comprobar en nuestro estudio. El premio por guerrillero muerto en la zona de actuación de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón era de mil pesetas y un mes de permiso. Esto, unido a que las fuerzas de seguridad tenían carta blanca para actuar, llevó al uso abusivo de la aplicación de la “ley de fugas”. En la comarca Requena-Utiel fueron víctimas de este proceder: Ricardo López Martínez (Roberto), César García Martínez, Luis Yeves Carrasco, Marcelino Chiva Pérez (Tarzán), Marcelino Hernández Alfaro (Lafuente), Anselmo Miota Sayas (Corzo), Dionisio Salom Pérez y Esteban Pardo Defez.

El franquismo se sirvió de este procedimiento no sólo para eliminar la resistencia armada y cualquier tipo de oposición política, también lo utilizó contra personas sin vinculación con el antifranquismo y en épocas en las que la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón ya se había disuelto. Es el caso de Santiago Ginés Miguel, Antonio Ginés Miguel y Epifanio Olivares Sancho. Este uso indiscriminado de la aplicación de la “ley de fugas” se debe a que fue uno más de los muchos medios que utilizó el régimen franquista a lo largo de su existencia para prolongar el estado de terror entre la población y lograr mantener el control social y el poder, que había conseguido de manera ilegítima mediante un fracasado golpe de Estado que derivó en una guerra de exterminio. 

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jueves, 8 de octubre de 2020

UN RELATO DE LA GUERRA CIVIL Y DE LA RESISTENCIA ARMADA ANTIFRANQUISTA EN CAMPO ARCÍS AL GUSTO DE LA HISTORIOGRAFÍA FRANQUISTA


El profesor Juan Piqueras Haba, en su último libro Campo Arcís. Patrimonio histórico y cultural, introduce dos capítulos dedicados a la Guerra Civil y a la guerrilla antifranquista ―o maquis, denominación preferida por el autor―. Son dos capítulos en los que el autor habla con mucha ligereza de estos episodios de la historia de España. En la narración que el profesor Juan Piqueras hace de estos acontecimientos históricos no sólo aparecen falsedades y medias verdades, sino que en ocasiones también manipula la verdad histórica presentándonos un relato muy próximo al que nos venía ofreciendo la historiografía franquista. En este artículo analizamos de forma crítica dichos capítulos.

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domingo, 21 de julio de 2019

Presentación del libro "El Manco de La Pesquera"

Sábado 27 de julio a las 19 h. La Pesquera,  Centro Social de la Plaza Mayor.
Presentación del libro:

El Manco de La Pesquera.
Autores: Salvador F. Cava y Óscar Serrano.

A la venta en:
La Pesquera : Ayuntamiento
Minglanilla : Estanco - Papelería Pilar
Valencia: Librería Primado y Librería París-Valencia (c/Pelayo 7)

En otoño se presentará en Santa Cruz de Moya (Cuenca), Valencia y Cuenca.

lunes, 1 de julio de 2019

Guerriller@s. Recuérdalo tú y recuérdalo a otros


Esperanza Martínez García nació el 27 de abril de 1927 en Atalaya de Villar del Saz de Arcas, una población de la provincia de Cuenca que, a pesar de tan largo y pomposo nombre, estaba compuesta por tan solo diez o doce casas habitadas por sendas familias dedicadas al cultivo de la tierra. Como ocurría en este tipo de localidades de la España rural, para asistir a la escuela había que desplazarse a cinco kilómetros de la aldea. Lo mismo ocurría para acceder al médico, que funcionaba por iguala y al que había que ir a buscarlo en una caballería.

Cuando Esperanza tenía nueve años vivió un impactante suceso, el primero de tantos que marcarían su azarosa vida y despertarían su conciencia social. Aquel día Esperanza estaba en cama con tosferina casi a punto de morir. También tenían la enfermedad sus hermanas Amadora y Angelina y otro hermanito pequeño. Su madre, Matilde García, que entonces contaba 38 años, se puso de parto de dos niñas mellizas, que, a falta de asistencia médica, murieron, al igual que su madre y el hermanito pequeño, víctima de la tosferina. Los cuatro miembros de la familia fallecidos aquel aciago día fueron enterrados en la misma tumba. Esperanza y sus cuatro hermanas que sobrevivieron a la tosferina quedaron en la más triste y dolorosa orfandad, complicándoseles el trabajo y las condiciones de vida. Ella fue la única de las hermanas que medio pudo asistir al colegio.

Trece años después de aquel trágico episodio en la vida de la familia Martínez tuvo lugar otro importante acontecimiento que quedaría grabado en la memoria de Esperanza pues marcaría un punto de inflexión en la trayectoria vital de toda la familia. El 19 de diciembre de 1949, ella, su padre Nicolas Martínez Rubio, sus hermanas Amadora y Angelina (de 19 y 17 años respectivamente), su cuñado César García Lerín (de 29 años y casado con su hermana Amancia) y varios miembros de una familia amiga de la vecina localidad de Mohorte se echaban al monte para evitar caer en manos de la Guardia Civil pues desde hacía dos años colaboraban con los guerrilleros del 5.º Sector de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA). Los de Mohorte eran: Reme Montero Martínez, que tenía 23 años, uno más que Esperanza; Fernando Montero Martínez, de 18 años, y Eustaquio Montero Cotillas, padre de ambos. Atrás dejaban su casa, las mulas, los cerdos, las gallinas, la burra, el ganado y el perro, Lucero, que tantas veces les avisó de la llegada de la Benemérita. La casa de los Martínez quedó vacía pues sus otras dos hermanas, Prudencia y Amancia, vivían en casa de sus respectivos maridos. El de Amancia, César, también tuvo que echarse al monte junto al resto de la familia Martínez, dejando a Amancia sola con un hijo que acababa de nacer dos días antes.

domingo, 14 de abril de 2019

Atlas de la Meseta de Requena-Utiel, de Juan Piqueras Haba


El Atlas de la Meseta de Requena-Utiel, la nueva obra que el catedrático honorario de Geografía de la Universidad de Valencia e hijo predilecto de la ciudad de Requena, Juan Piqueras Haba, es un libro imprescindible en la biblioteca de cualquier interesado por la geografía, la historia o la cultura de esta comarca. Su marcado carácter didáctico la convierten también en una herramienta útil en las aulas de los centros de enseñanza comarcales.
Ha sido publicada por la Fundación Lucio Gil de Fagoaga, filósofo de influencia krausista y filántropo benefactor de la comarca, y tiene un precio casi regalado para la profusión de mapas e imágenes a color que contiene.
El libro está dividido en dos partes: Geografía e Historia, y es un valioso instrumento para adentrarse en los acontecimientos y cuestiones relacionadas con ambas disciplinas que atañen a esta comarca. Su apartado histórico nos conduce desde la época ibérica hasta la época actual, incluyendo un mapa de la zona del Cabriel y del Alto Turia con los campamentos guerrilleros y lugares más renombrados por los que transitó la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón. Otro de los mapas, nos ofrece la localización de los campamentos guerrilleros de esta Agrupación en la comarca Requena-Utiel, junto a las acciones guerrilleras y enfrentamientos con la Guardia Civil, así como el número de detenidos acusados de colaborar con los guerrilleros en cada localidad.
Este apartado incluye varias imágenes de guerrilleros y una “Cronología del Maquis” en la zona. Este término, “maquis”, designa en francés al monte bajo y espeso de arbustos y matorral, que constituye un lugar ideal para esconderse. En francés, “prendre le maquis” equivale a nuestra expresión “echarse al monte”. En la época de la que hablamos, ambas expresiones significaban adherirse a las organizaciones de la Resistencia antifascista. En el caso de España, estas organizaciones armadas que luchaban contra el franquismo se denominaron Agrupaciones de Guerrilleros. La Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón fue la que operó en la comarca Requena-Utiel. Emilio Cardona (Jalisco), Atilano Quintero (Tomás el Cubano) y Fulgencio Giménez (Rodolfo), que llegaron a Campo Arcís a finales de 1945, contribuyeron al nacimiento de esta Agrupación, siendo esta comarca el núcleo de su 5.º Sector.
A partir de finales de 1944 muchos guerrilleros españoles que habían combatido en el Maquis francés, es decir, en la Resistencia francesa, luchando contra los nazis, empezaron a penetrar en España para reforzar las Agrupaciones Guerrilleras existentes o crear algunas, como es el caso de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón. A estos guerrilleros se les conoció popularmente como “maquis” (y en singular “maqui”). Ambos términos, “maqui” y “maquis”, son muy utilizados por los historiadores en sus libros pues, probablemente, sean más conocidos entre la gente, sobre todo por las personas de más edad. Sin embargo, a los miembros de la Resistencia antifranquista no les gustó esta definición y utilizaban la de “guerrilleros”, pues el régimen, en su estrategia para desprestigiar la Resistencia armada ante la población, asoció el término “maquis” al de “bandoleros”, “salteadores de caminos” o “maleantes”. Es decir, intentaron eliminar cualquier matiz político de la lucha que la Resistencia mantuvo contra el franquismo. La palabra “guerrillero”, sin embargo, carecía de estas connotaciones. Además, es una palabra de origen español que, curiosamente, pasó a otras lenguas. Los propios españoles que combatieron en las filas de la Resistencia francesa contra los nazis lo hicieron bajo la denominación Agrupación de Guerrilleros Españoles, organización que actuó de forma independiente de los FTPF (Franc-Tireurs et Partisans Français).
Entre las operaciones que la Resistencia antifranquista realizó las hubo de tipo puramente político, como elaboración y reparto de prensa clandestina y propaganda, mítines, lanzamiento de pasquines, pintadas en muros y paredes… Pero también hubo acciones que implicaban el uso de cierta violencia, como los sabotajes, los enfrentamientos con las fuerzas represivas y las operaciones económicas. Eran acciones violentas que también contenían un mensaje de tipo político pues estaban cargadas de ciertos códigos simbólicos. Las acciones de tipo económico que la Resistencia antifranquista realizó fueron tildadas por el régimen con los términos “asalto” o “atraco”, en su estrategia de desprestigiarla ante la población y de querer asimilar el fenómeno de la Resistencia armada al bandolerismo. Los propios guerrilleros eran conscientes de ello y sólo recurrían a este tipo de acciones cuando se veían muy apurados de fondos o cuando esperaban poder detener a algún alto gerifalte del régimen. Además, en los “controles de carreteras” que hacían, siempre utilizaban un filtro socio-político a la hora de obtener dinero de los detenidos pues éstos solían ser gentes pudientes adictas al régimen. Y cuando se trataba de entidades, éstas eran organismos con marcadas connotaciones socio-políticas, como bancos, oficinas de recaudación o empresas con vínculos con el régimen.
Por otra parte, la Resistencia antifranquista consideraba este tipo de operaciones como “recuperaciones” pues, si contextualizamos, el régimen franquista se fundamentó en la usurpación del poder legítimo que ostentaba la República mediante un golpe de Estado y una posterior guerra de aniquilación y de expolio. Por ello, los términos “atraco” o “asalto” carecen de la connotación socio-política que estas operaciones solían tener. Es verdad que hubo algunos excesos por parte de la guerrilla, pero siempre trataron de ser corregidos. Incluso hubo guerrilleros que fueron ajusticiados por las propias Agrupaciones Guerrilleras por dedicarse a robar a las gentes ya que causaban gran desprestigio para la causa de la Resistencia.