República, Guerra Civil y Resistencia antifranquista en la comarca Requena-Utiel y alrededores

domingo, 6 de noviembre de 2022

LOS AÑOS IMPOSIBLES. EL COMBATE POR LA RESTITUCIÓN DE LA MEMORIA DEL CRÍTICO CINEMATOGRÁFICO JUAN PIQUERAS MARTÍNEZ

 

Los años imposibles. Memoria inacabada de Juan Piqueras

Autor: Enrique Fibla Gutiérrez 

Editorial: Barlin Libros 

Año: 2021

El crítico cinematográfico Juan Piqueras Martínez, nacido en Campo Arcís (Requena) en 1904, tuvo  gran relevancia, incluso a nivel internacional, durante los años de la Segunda República. Una carrera que se truncó al ser asesinado por los sublevados fascistas en Venta de Baños a finales de julio de 1936. El interés de Enrique Fibla Gutiérrez (València, 1987), por la figura de Juan Piqueras Martínez surgió cuando estaba preparando una tesis doctoral en Canadá sobre la crítica cinematográfica durante la Segunda República. En 2015 recibió un correo electrónico de su directora de tesis, Masha Salazkina, con un artículo traducido al inglés para un libro académico de la revista Nuestro Cinema (1932-1935), fundada por Juan Piqueras. Enrique Fibla se dio cuenta entonces que Juan Piqueras, tan importante en su época a nivel internacional, era prácticamente desconocido en su país.

Su interés fue creciendo y poco después publicó un artículo académico sobre el crítico cinematográfico junto al investigador Pablo La Parra Pérez. En 2017 se topó en el blog del historiador Aitor Hernández Eguíluz con una nota de un biznieto de Juan Piqueras, quien, nacido en Venezuela, había fijado residencia en València. Enrique contactó con él y la familia le facilitó los materiales con los que pudo completar su tesis en 2018 y doctorarse en Filosofía de la Imagen por la Concordia University de Montreal. Entre los materiales que la familia Piqueras le había proporcionado figuraban las memorias inéditas de la esposa de Juan Piqueras, Catalina “Ketty” González Domínguez, que había titulado ¿Porqué?... o los años imposibles!! Eran 520 páginas en las que Ketty cuenta su vida durante los años que van de 1936 a 1945 y que Enrique Fibla había dejado fuera de su tesis por falta de tiempo. Había explicado en su estudio la importancia de Juan Piqueras en la cultura cinematográfica de la época, pero no había contado nada de cómo los acontecimientos que sobrevinieron a la sublevación fascista del 18 de julio de 1936 habían truncado el futuro de una generación.

Enrique Fibla tomará prestado parte del título de las memorias de Ketty González, Los años imposibles, y completará su relato desde el punto en el que lo había dejado en su tesis. Experto en la imbricación entre cultura visual, archivo y discurso político, Enrique Fibla hará de su relato un alegato reivindicativo del papel de la memoria para construir sociedades tolerantes y progresistas, pues las sociedades democráticas, libres y solidarias son incompatibles con interpretaciones falseadas del pasado.

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martes, 13 de septiembre de 2022

TRES VENTURREÑOS EN LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN NAZIS


El número 39 de El Lebrillo Cultural ―el Boletín de la Asociación Cultural de Amigos de Venta del Moro― publicado en agosto de 2022, trae un artículo, titulado "Víctimas del Holocausto" y firmado por Jesús García Valenciano e Ignacio Latorre Zacarés, en el que trazan el perfil biográfico de tres venturreños que fueron deportados a los campos de concentración nazis. Dos de ellos fueron asesinados en el de Gusen y el tercero logró sobrevivir al infierno del campo de Buchenwald.

Amancio Borja Moya nació el 26 de septiembre de 1912 en Casas de Moya. Tras el fracasado golpe de Estado del 18 de julio de 1936 que derivó en una guerra civil, Amancio Borja se unió a las filas del Ejército Popular de la República para frenar la sublevación fascista. Llegó a sargento en la XII Brigada Internacional. Tras la derrota republicana pasó a Francia, donde acabaría enrolado en una de las compañías de trabajo militarizadas que construían la línea Maginot de defensa contra el inminente ataque alemán. Tras ser hecho prisionero por los alemanes fue enviado al campo de Mauthausen y desde allí trasladado al de Gusen, donde el 27 de noviembre de 1941 falleció a los 29 años por «debilidad circulatoria y deterioro físico», según constaba en el acta de defunción.

Román Pérez Murcia nació el 9 de agosto de 1903 en El Retorno, aldea de la ribera de El Cabriel. Enrolado también en las filas del Ejército Popular de la República, tras la derrota pasó a Francia. Durante la ocupación nazi del país fue apresado y deportado el 13 de diciembre de 1940 al campo de Mauthausen. El 17 de febrero de 1941 fue trasladado al de Gusen, donde falleció el 29 de noviembre de 1941 a los 38 años de edad. Si nos fijamos en la fecha, su muerte tiene lugar dos días después de la de Amancio Borja Moya, lo que nos lleva a pensar que ambos fueron asesinados, cada uno en una tanda. En el campo de Gusen se dio un altísimo porcentaje de asesinatos por gaseamiento, sobre todo de los presos débiles o enfermos.

Fausto Jiménez Pérez nació en Jaraguas el 26 de septiembre de 1910. Fausto sobrevivió al Holocausto y escribió sus memorias, de modo que tenemos más información sobre su vida. Las memorias fueron publicadas cuando él ya había fallecido. Las editó su yerno, José Luis Canet, casado con Dolores Jiménez Plaza, hija de Fausto. Fueron publicadas por la Universitat de València en 2007 con el título de Un testimonio más.

Por nuestra parte, también investigamos en su día sobre Fausto Jiménez y su hermano Ricardo, fundador del Partido Comunista en Jaraguas. En nuestro libro La guerrilla antifranquista en la comarca Requena-Utiel (desde sus orígenes hasta 1947). Crónica rural de la posguerra, publicado por la Institució Alfons el Magnànim en 2018, damos cuenta de sus vidas, ligadas ambas a la lucha antifascista.

Las inquietudes políticas de Fausto le llevaron a fundar en Jaraguas junto a otros jóvenes de la aldea el Centro Español de Izquierda Republicana. La creación de este Centro debió ocurrir sobre el año 1932. Aquí pasaban el tiempo sus miembros leyendo periódicos y discutiendo de política. La composición de sus afiliados era muy heterogénea pues los había de Izquierda Republicana pero también de tendencia anarquista y socialista. Su hermano Ricardo y otros compañeros fundarían más tarde el Partido Comunista en la aldea, al que se unirían Fausto y otros afiliados del Centro al poco de estallar la sublevación militar del 18 de julio de 1936, alistándose también como voluntarios para ir a luchar al frente. Fausto será nombrado teniente afecto a la Sección de Operaciones de la 27.ª División, participando en las operaciones del Alto Aragón, donde fue ascendido a capitán. Su compañía, destinada en el frente norte de Aragón y empujada por el avance del ejército franquista, se vio obligada a cruzar la frontera el 11 de febrero de 1939 por Camprodon. En el exilio francés siguió militando activamente en el Partido Comunista desde el campo de refugiados de Saint-Cyprien y después desde el de Bacarés, donde pasó a integrar la 190.ª Compañía de Trabajadores.

lunes, 20 de junio de 2022

EL REBOLLAR. SU HISTORIA Y SUS FAMILIAS… Y UNA PIZCA DE “MAQUIS” PARA ADEREZAR EL GUISO

 

   El catedrático jubilado de Geografía de la Universitat de València, Juan Piqueras Haba, presentó el 11 de junio de 2022 en la XXXVII Feria del Libro de Requena su último trabajo: El Rebollar. Su historia y sus familias. Incluye El Matutano y otras casas de labor. Lo edita Arcís Ediciones S.L. y como fecha de edición aparece mayo de 2022. El libro pertenece a la colección que Juan Piqueras está dedicando a la historia y las familias de las aldeas del término de Requena. En otra entrada de este blog, que lleva por título Un relato de la Guerra Civil y de la Resistencia armada antifranquista en Campo Arcís al gusto de la historiografía franquista, hablamos por extenso de su anterior trabajo: Campo Arcís. Patrimonio histórico y cultural, publicado también en Arcís Ediciones S.L. el año 2020. En aquel libro Juan Piqueras incluía dos capítulos en los que hablaba, con mucha ligereza y sin apoyo documental, de dos episodios de la historia de España: la Guerra Civil y los maquis. En las cuarenta páginas que dedicaba a estos acontecimientos no solo aparecían falsedades y medias verdades, sino que en ocasiones también manipulaba la verdad histórica presentándonos un relato muy próximo al que nos venía ofreciendo la historiografía franquista sobre estos hechos.

En su último trabajo sobre la aldea de El Rebollar el autor se ha contenido y solo ha dedicado seis páginas a estos dos episodios, una de las cuales está destinada a los maquis. Esta vez ha decidido echar al guiso solo un pellizquito de “maquis” para darle algo más de sabor y color al libro. Siempre que se haga desde la objetividad y el respeto por quienes lucharon contra la Dictadura, esta pizca de “maquis” puede darle un buen saborcito de memoria democrática al guiso, sobre todo en estos tiempos de reacción fascistoide, pero si se hace desde la desfiguración de la historia ―como hace Juan Piqueras― esa pizca de “maquis” puede estropearnos el guisado. 

El marco en el que Juan Piqueras introduce al lector al hablar de los maquis ―la guerrilla antifranquista― es el mismo marco que la historiografía franquista ha venido utilizando tradicionalmente para desprestigiar el fenómeno de la lucha armada antifranquista: el del bandolerismo. Un bandolerismo, en este caso, de ámbito muy local o, a lo sumo, regional. Si en los siglos xviii y xix el fenómeno del bandolerismo se adscribía, sobre todo, a las regiones andaluza, castellana y catalana, el profesor Piqueras ha decidido considerar a la guerrilla antifranquista como una especie de “bandolerismo maqui” que se dio en los años cuarenta del siglo xx en la región levantina; como si se tratase de un fenómeno pintoresco y autóctono de esta zona, aunque carente del romanticismo con el que se ha venido caracterizando al bandolerismo andaluz de los siglos anteriores.

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